¿TE HAS sentido así alguna vez: excluido del mundo, solo, inútil y sin propósito? Si así es, no te desesperes. Aunque no es agradable sentirse solo, tal sentimiento no es una enfermedad mortal. La soledad es sencillamente una señal de advertencia. El hambre te avisa que necesitas alimento. La soledad te avisa que necesitas compañerismo, estar cerca de otros, tener amigos íntimos. Para que el cuerpo funcione bien necesitamos alimento. De igual modo, para sentirnos bien necesitamos la compañía de otros.
¿Has visto alguna vez un lecho de brasas ardientes? Cuando apartas una brasa de las demás, pierde su fulgor. Pero si la colocas de nuevo entre las demás, ¡vuelve a resplandecer! De manera similar, nosotros no ‘fulguramos’ o funcionamos bien por mucho tiempo si nos aislamos. Por naturaleza, nosotros los humanos necesitamos la compañía de otras personas.
A solas, pero sin sentirse solo
El ensayista Henry David Thoreau escribió: “Jamás he encontrado compañero más agradable que la soledad”. ¿Concuerdas con él? “Sí —responde Bill, de 20 años—. Me encanta la naturaleza. A veces me voy a pasear en mi botecito por un lago. Paso horas sentado en el bote, completamente solo. Así tengo tiempo para reflexionar sobre lo que estoy haciendo en la vida. Disfruto mucho de ello.” Steven, de 21 años, concuerda. Dice: “Vivo en un edificio grande de apartamentos, y a veces subo a la azotea, donde esté solo. Allí medito y oro. Es muy agradable”.
Los momentos de soledad pueden ser muy satisfacientes cuando se emplean bien. Aun Jesús disfrutó de la soledad: “Muy de mañana, mientras todavía estaba oscuro, [Jesús] salió y se fue a un lugar solitario, y allí se puso a orar”. (Marcos 1:35.) Recuerda que Dios no dijo: ‘No es bueno que temporalmente el hombre esté solo’. Más bien, Dios dijo que no era bueno que el hombre ‘continuara solo’. (Génesis 2:18-23.) Por eso, lo que puede afligirte con un sentimiento de soledad es que tengas períodos largos de aislamiento. La Biblia advierte: “El que se aísla buscará su propio anhelo egoísta; contra toda sabiduría práctica estallará”. (Proverbios 18:1.), habla lo que te esta pasando, pide ayuda y expresa tus sentimientos eso te va ayudar a no estar solo, Un investigador dijo: “Ideas como ‘No tengo atractivos’, ‘Soy aburrido’, ‘No sirvo para nada’ son conceptos comunes entre los que sufren de soledad crónica”. Si quieres vencer la soledad, puede que la clave esté en que te edifiques en tu estimación propia. Si desarrollas lo que la Biblia llama “la nueva personalidad”, caracterizada por bondad, humildad mental y apacibilidad, ¡de seguro verás que tu amor propio crece! (Colosenses 3:9-12.)
Además, cuando aprendes a verte de mejor manera tus buenas cualidades atraen a otros. Pero así como solo se puede apreciar todo el colorido de una flor cuando está abierta, nadie podrá apreciar plenamente tus cualidades sino hasta cuando te hagas tratable y amigable con la gente.
Los actos bondadosos y un espíritu generoso también te ayudarán a edificar amistades valiosas. (Proverbios 11:25.)
También recuerda que puedes tener un amigo que nunca te abandonará. Jesucristo dijo a sus discípulos: “No estoy solo, porque el Padre está conmigo”. (Juan 16:32.) Dios también puede ser tu amigo más allegado. Llega a conocer su personalidad mediante leer la Biblia y observar su creación. Fortalece tu amistad con Él por la oración. Al fin y al cabo, la amistad con Jehová Dios es la mejor curación para la soledad.
Vealo de esta forma la soledad es como si estas en una tormenta, pronto las aguas quietas Dios te puede llevar, dejate conducir por el proposito que Dios tiene preparado para ti.